Corría el año 1962 y yo estaba
estudiando en el colegio la Inmaculada de los Hnos. Maristas en Barcelona y
jugando en el equipo juvenil del colegio de hockey sobre patines como portero
titular. Habíamos sido campeones de España y el equipo entero pasaba a ser
suplente del Circulo Barcelonista en la división de Honor..
Todos nuestros oponentes eran más altos
y más fuertes y nosotros no podíamos con su empuje y su fortaleza. Perdimos
todos los partidos que jugamos, y alguno de ellos como el que jugamos contra el
Layetano, por 10 a 3. Jugamos por vez primera en el Palacio de los Deportes con
una imagen inolvidable al ver el Palacio lleno y también recuerdo un frío
terrible en la pista del Mataró y
un enorme pelotazo en la cara (sin careta en aquel tiempo) de parte de un
superdotado del hockey del momento: Humberto Ferrer..
Pero aquello del hockey no era de mi
completa satisfacción. A mí me gustaban las motos y los motores, como luego el
tiempo nos daría la razón.
Ya con cinco anos y viviendo en La
Coruña desde los 5 hasta los 11 años, me
sentaba a comer en una silla de respaldo alto y la giraba para tener el
respaldo frente a mí. Así la cogía de las esquinas como si fuera un
semi manillar y apretaba un botón de madera que había en el centro y más abajo
como si fuera un claxon.
Y de esta forma llega el momento clave: 1962 y en la revista Motores y
Ruedas, que era el portavoz del Gremio de Gasolineras y Talleres había un
anuncio que decía: Se precisa
joven y dinámico para redactor. Presentarse Srta. Alicia. Y me presenté y fui aceptado por ser
el único candidato. Me presentaron al “jefe” José María Boter y así comencé mi
andadura en el mundo del automovilismo en mi primera empresa: “Boter
publicidad”.
Y empezaron a aparecer mis escritos,
aunque por tratarse de una empresa de publicidad no tenían nada que ver con el
automovilismo. Recuerdo que el primero fue una entrevista con Luis Aguilé en el
hotel Avenida Palace con motivo de su participación en el Festival del
Mediterráneo. Os podéis imaginar mi situación, con 17 anitos recién cumplidos y
delante de este entorno…. Todo un poema, de verdad.
El siguiente paso en la empresa, y ya
mucho más cercano a mis deseos fue la edición del programa del Cto. del Mundo
de MotoCross en Barcelona, en el circuito de Santa Rosa. Había que buscar
publicidad para el programa en empresas del ramo y esto me daba la oportunidad
de tratar con fabricantes y proveedores del ramo del motor. Algo es algo.
El día de la carrera llovió mucho, a
cantaros, sí sí, a cantaros y no se vendieron ni la mitad de los programas
previstos, pero la publicidad ya estaba hecha y en muchos casos hasta cobrada.
Lo curioso era el premio si le lograban
los objetivos previstos: El alquiler de una casa en LLoret de Mar durante unos
días para estar todos allí. Y los implicados (4 o 5) hicimos la misma pregunta:
Alicia, la secre, también viene? Pero la casa y el premio nunca llegaron a existir
Poco a poco el tema
se fue centrando en lo que yo quería que era estar cerca del automovilismo y en
Motores y Ruedas, con artículos de motor y alguno de carreras se fue creando el redactor deportivo
que un día y a llamada de Rafael Escamilla desde Madrid comenzaría a escribir
en una verdadera revista de coches, Velocidad, de la que Escamilla era su
director y conjuntamente con un compañero de clase, Javier Forcano , asumimos
la delegación en Cataluña con una firma bastante conocida en la época: Forcano
& Crous y un precio por revista de 5 Ptas./unidad.
Con Javier nos alternábamos las
crónicas de las carreras y utilizábamos las fotos de un gran profesional, don
Paco Alguersuari, a pesar de que al cabo de algún tiempo las fotos se volvían
amarillas. Era la consecuencia de las prisas y sobre todo del fijador.
Solo unas líneas para hablar de la familia Alguersuari ,
porque el tema lo merece y
es de justicia ser agradecido con quien tanto ha hecho por ti.
Al nieto Jaime, el
piloto de F-1 no lo conozco personalmente, pero a su padre Jaime y su imperio
R.P.M., a su tío José María que fue mi padrino de boda, a sus tías a las que
conocí cuando eran niñas y a los abuelos, Palmira y Don Paco. Solamente tengo
buenas palabras que decir y agradecer, a pesar de los rifirrafes de vez en
cuando con su hijo Jaime. Son gajes del oficio.
Con la época de
Velocidad se fue creando mi afición y mi profesionalidad y llegaron nuevos
objetivos: Radio España de Barcelona con Julio Costa, TVE como guionistas con
Miguel Torelló y Dimas Veiga, y al final del camino, la revista más importante,
con firmas de prestigio: Luike como director y los súper: Arturo Andrés y Ricardo
(Rizos) Muñoz.
Y en Autopista pasamos una serie de
anos compaginando los estudios de Ingeniería Industrial con el periodismo
deportivo, hasta que de común acuerdo con Forcano decidimos ofrecérselo a otro
amigo insuperable, José Luis Cortijos, que lo acepto de buen grado.
En la Escuela de Ingenieros llego mi
primera moto, una Bultaco Mercurio matriculada en León y regalo de mis padres y
una condición concreta y precisa: “La moto está en la puerta pero el resto,
gasolina, seguros, reparaciones, etc. corre de tu cargo.”
Conclusión: Hay que trabajar porque los
estudios no eran mi fuerte (9
asignaturas para acabar la carrera) y el periodismo deportivo centrado en los
coches y las motos sí era de
mi agrado
Continué durante anos en el tema, hice poco
servicio militar con 24 años
y apoyado por Rafael Escamilla, fui 3 meses a San Clemente Sasebas y luego
destinado a la
Capitanía General de Barcelona como “enlace” del Capitán de
Prensa Ricardo Soria.
En esta misma época conocí a la que
después de 43 anos sigue siendo mi esposa y compañera, me casé y apareció una
nueva oportunidad de la mano de otro automovilista de pro: José María
Juncadella que me ofreció la posibilidad de estar al frente de sus nuevos talleres Movi en la calle Aribau , donde
se hacían preparaciones de los “mini”.
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