Hay muchas historias que comentar de la época Trident porque hasta el momento fue la mas brillante de mi carrera. Con Serviá-Puig y los Lada Porsche se formó un equipo de nueve personas que lograron liderar el Paris-Dakar durante un día e incluso ganar una etapa de la prueba. Y ellos(Peugeot.Citroen) eran 90 y nosotros 9.
Pero como comentaba en el blog anterior, la historia nació de forma diferente:
Una vez cerrado el acuerdo con Serviá, y dado que como Manager en Nissan no podía asumir también la responsabilidad en Trident, me quede como consultor y cedí el protagonismo a mi inseparable Emilio Bosser , que después de la época Camel tenia tiempo libre.
Y como todo proyecto empresarial, no basta con liderar carreras, además hay que explicarlo porque el objetivo Trident era llegar a mayor numero de publico, con lo que se planteaba la necesidad de un equipo que mediatizara la situación. “Yo tengo la solución” le dije a Francesc Tous. “Cual es “?. “Mi hija Montse”, respondí. “Cuantos anos tiene”. Y me atreví a decir:”Diecisiete”. “Y ha hecho el Rally alguna vez” ?. “NO”. Podeis imaginar la cara de mi interlocutor, y después de una primera entrevista, Tous insistió: “Si no llega ella, lo haras tú?”, “naturalmente, porque es mi hija”, respondí. Asi nació la oficina de prensa de Trident que posteriormente tuvo acciones espectaculares como la llegada de la prensa y el coche de carreras en helicóptero al restaurante La Cucanya de Vilanova o la salida del Lada de Montjuich a cargo de Marta Ferrusola.
A nivel técnico, el Lada Poch creado y mantenido por Oreca era muy bueno y venia de resultados fantásticos, Con Auriol, Riviere, etc y con la aportación de Serviá y Puig pasaba a ser lo mejor de la especialidad que habíamos tenido en Espana hasta el momento.
Nunca se supo quien era el verdadero propietario, pero debido a la presión de la fabrica Lada, el proyecto se murió y los coches pasaron a manos rusas, sin ningún otro resultado en su haber.
Pero Emilio, Salvador, Jaime, mi hija y yo teníamos un gran problema, curiosamente opuesto al mas habitual: teníamos patrocinador, pero no teníamos coche. Y gracias a la relación de Serviá con el Jolly Club italiano logramos disponer de un Lancia para afrontar la prueba africana. En Gerona se preparó otro Lancia “muleto” que dio la vuelta a Espana de supermercado en supermercado y un “barbudo” similar a Salvador y se hicieron toda clase de promociones, pero el proyecto no funcionó. A pesar de la buena voluntad de Luigi, el jefe de mecanicos italianos, ni el personal sin experiencia, ni los vehículos de asistencia, ni el propio coche de carreras era el apropiado y allí murió el patrocinador y el proyecto.
Pero Serviá es un tipo luchador hasta el límite y entonces empezaron los contactos con Citroen, hasta que logro inmiscuirse en el equipo oficial de la marca y correr un Dakar con Citroen, aunque fuera considerado como “ el recién llegado”.
Emilio Bosser y yo no teníamos lugar en aquel equipo,pero la solución era un éxito rotundo para los dos y había que aceptarlo. Nuestro niño se había hecho mayor
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